La Canciller alemana, Angela Merkel
Creo en las perversiones, en el amor obsesivo por los árboles, las princesas, los primeros ministros, las estaciones de servicio abandonadas -más bellas que el Taj Mahal-, las nubes y los pájaros.
Creo en la muerte de las emociones y en el triunfo de la imaginación. Creo en Tokio, Benidorm, La Grande Motte, Wake Island, Eniwetok y Dealey Plaza.
Ballard. Credo (1984). Parágrafos 24 y 25.
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