domingo, 6 de febrero de 2011

Habéis hecho los deberes y váis por el buen camino


















El grupo entró en el nuevo teatro en construcción. El director del centro se esforzaba en mostrar a los cincuenta ciudadanos, elegidos al azar entre los vecinos del barrio, las bondades del que seria el próximo centro cultural de la ciudad. De repente, al ver los cables sueltos, al menos quince individuos corrieron hacia los cables y mientras emitían, a modo de rezo, un eterno "immm", se iban calcinando. El cántico se completaba, pués, con los chisporrotazos de las descargas sobre los cuerpos hasta que, poco a poco, volvió el silencio. Silencio que sólo se rompió con el grito del director: "¡joder, no nos podemos permitir que muera nadie!

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