viernes, 25 de febrero de 2011
Cuando un improvisador madura, su presente se ensancha
Uno de veinte, y Wade Matthews. 19 de febrero de 2011. LCE
Me faltan siglos de madurez, pero hubo momentos fantásticos.
miércoles, 23 de febrero de 2011
Land of my Dreams
Anna Domino. Land of my Dreams (1984)
Anna Domino haciendo el Land of my Dreams. ¿La recuerdas en aquella película, End of the Night?
El maxi, editado por Les Disques du Crépuscule. Compré un ejemplar en el Discoplay. La hostia.
Un litro y medio de agua en tu estómago
Camille Hanson y Montse Penela en Expulsadas del Paraiso, de Elena Córdoba. Citemor
La exploración del cuerpo (y la vida) desarrollada por Elena Córdoba en su ciclo Anatomía Poética continúa en Expulsadas del Paraiso. El sonido del agua en el estómago de Camille Hanson es más sincero y emocionante que 10.000 orquestas.
viernes, 11 de febrero de 2011
El héroe
Hombres en El Cairo observando a Myriam Mezieres masturbándose con un gorila de peluche. Imagen de Una llama en mi corazón. Alain Tanner (1987)
El héroe de El Cairo es director de marketing de Google para el norte de África y Oriente Medio. Más líquido, imposible.
domingo, 6 de febrero de 2011
Habéis hecho los deberes y váis por el buen camino
La Canciller alemana, Angela Merkel
Creo en las perversiones, en el amor obsesivo por los árboles, las princesas, los primeros ministros, las estaciones de servicio abandonadas -más bellas que el Taj Mahal-, las nubes y los pájaros.
Creo en la muerte de las emociones y en el triunfo de la imaginación. Creo en Tokio, Benidorm, La Grande Motte, Wake Island, Eniwetok y Dealey Plaza.
Ballard. Credo (1984). Parágrafos 24 y 25.
Habéis hecho los deberes y váis por el buen camino
El grupo entró en el nuevo teatro en construcción. El director del centro se esforzaba en mostrar a los cincuenta ciudadanos, elegidos al azar entre los vecinos del barrio, las bondades del que seria el próximo centro cultural de la ciudad. De repente, al ver los cables sueltos, al menos quince individuos corrieron hacia los cables y mientras emitían, a modo de rezo, un eterno "immm", se iban calcinando. El cántico se completaba, pués, con los chisporrotazos de las descargas sobre los cuerpos hasta que, poco a poco, volvió el silencio. Silencio que sólo se rompió con el grito del director: "¡joder, no nos podemos permitir que muera nadie!
miércoles, 2 de febrero de 2011
Suscribirse a:
Entradas (Atom)